El 80% de los casos que recibo en mi consulta me responden a la pregunta “¿qué quieres conseguir en terapia?” Con la frase: "QUERERME Y VALORARME" y yo les digo… has venido al sitio indicado.

¡Empecemos!

Si no existieran los espejos, las fotos, los vídeos… No nos veríamos. Sabríamos quiénes somos por lo que los demás nos dicen que somos. Pues la autoestima en parte es bastante así. Somos lo que nos dicen que somos. Por eso a todxs nos importa lo que piensen los demás, nos gusta gustar, nos agrada tener la aprobación de otrxs… y esto no es malo, esto es de ser HUMANX.

Pero cuando en nuestra vida nos encontramos con personas (familia, pareja, compañerxs…) que no nos tratan del todo bien o nos dicen frases hirientes (no siempre con mala intención), incluso nos vemos encarnando roles que no nos gustan (“la fuerte”, “el torpe”…) Todo esto hace que interpretemos que no valemos. Es decir, le damos más valor al criterio ajeno que al propio.

Y para otros tu criterio es más importante que el suyo (podría rizar más el rizo, pero creo que me vas a entender mejor si simplifico).

Un bucle infinito en el que siempre otro tiene valor. Nunca tú. Hasta que te paras. Te analizas y observas con objetividad y decides que nadie va a poder decidir lo que vales más que tú.

Has tenido la llave de tu valor siempre en tu mano y no te habías dado cuenta.

Hasta ahora,

Puedes lidiar perfectamente con la culpa y la carga de que la relación no funcione. Ya lidias día a día con tratarte como la mierda y sobre exigirte hasta límites inhumanos.

La relación no está funcionando. Pero si algo no funciona significa que hay que arreglarlo. Y llegas a terapia intentando cambiar, intentando buscar soluciones. Pero te das cuenta que no todo depende de ti. Que no estás tan locx como creías, que no estás pidiendo tanto. Que no eres tú el problema.

Y llega el momento de tomar una decisión. Y eso da miedo. Hay que cambiar algo. Los cambios siempre dan miedo.

Y te das cuenta que llegaste a terapia sabiendo la solución, pero sin querer saberla. Tiene que haber otra alternativa porque...

“Cuando estamos bien estamos muy bien”

“Es que yo también tengo mis cosas”

No quieres quedarte con la etiqueta de loca, celosa, tóxica. Porque no sientes que seas tú. Y efectivamente. Quizás el problema no seas tú. Hay personas que sacan lo peor de ti, aunque lo peor de ti existe. Y eso es lo que te impide quererte. Eres peor persona estando ahí.

Así que te machacas. Algo malo tienes tú y es por eso que la relación no funciona. Porque tienes la sensación de no ser lo suficientemente importante para decidir. Es la otra persona quien decide qué eres en su vida. Y si no te da tu lugar, lo sabes, pero te autoconvences de que quizás no lo mereces.

Anulada. Así te quedas.

Y ¿qué concepto acabas teniendo de ti?

Cenizas. Eso queda de ti.

Pero un día llegas a terapia y eres consciente de todo esto. Sí te quieres. Mereces tu lugar. No pides mucho.

Pides amor.
Y te lo das.
Y decides.
Y resurges.

Bienvenidx fénix

Con la de veces que escuchamos esta frase:
"te quiero", pero ¡qué raro me suena cuando va dirigida a mis padres!
No, no eres rarx, por desgracia es mucho más común de lo que imaginas que en las familias no haya muestras de afecto. Y esto tiene muchas consecuencias en la edad adulta.

Lee el siguiente post en mi perfil de Instagram donde analizo mejor este tema.

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Posiblemente te sientas identificadx con este vídeo, pero no tiene por qué ser así.

Por eso es necesario acudir a terapia y trabajar sobre tu caso en concreto.
En el amor sufrimos muchísimo…
¿Exiges demasiado?
¿Es tu culpa?
¿Es el amor de tu vida?

Vamos a responder juntxs todas estas preguntas y más.

• Mejorar la adaptación de la pareja.
• Establecer una adecuada comunicación.
• Crear o fijar metas y acuerdos comunes.
• Crear una alianza: Reencontrarse y reenamorarse.

La terapia de pareja no sólo está destinada a parejas con problemas, también sirve para fortalecer relaciones.